Tomado del Muro de  IsaĂas D. MartĂnez (Dioni ChichĂ)
Hoy en la mañana conversaba con un amigo acerca de las virtudes de nuestro pueblo.
¥Qué bueno!
Pues âmirenâ, disfrutĂ© de uno de los tantos diĂĄlogos, de esos que nos obligan dentro de la cotidianidad.
ÂĄPero eso sĂ, conversamos!
Que coloquio mĂĄs placentero y, sano por demĂĄs.
Mi amigo y yo comentamos sobre las travesuras en la escuela.
Los baños en Cachón Grande.
Los chapuzones en el Alambique (Canal CristĂłbal).
Las pescas en El Caño e LengĂł y las MarĂas del Memiso.
Los maroteos en los mangos largos de Lolo Medina y en los del célebre Panchón Luca.
Hablamos de cĂłmo le cogĂamos la hora al temible Luis Colorao (Luis Machete).
Los mangos de TillĂn. Y hasta los mangos GĂŒebo e Toro del viejo VĂĄsquez y las manguitas de Roberto Herasme, en Porvenir.
Mi amigo y yo repasamos de arriba abajo los acontecimientos de nuestra infancia.
Comentamos de Las MarĂas, que nunca se queda.
De los juegos en el đđđđ y sus grandes estrellas: Los hermanos Moscoso PĂ©rez, el viejo Enrique, Fulci, Juan Pablo, los hermanos Robinson (Romeo y Luis), los hermanos Carvajal (Lilo y Fao), RadhamĂ©s PĂ©rez. Repasamos las hazañas de los hermanos Duran, Sergio y Anibalito; las de Papo CrĂspulo y Miridy. Del legendario Ludovino Duval.
De Pupito, Miguel Ăngel y Mon Soriano. De los hermanos Lama (Miguel, Julito y Guillermo)
Por quĂ© no, Bonilla (Josecito BrĂgida). Mon Duval, Enrique TulĂn (fosca).
Los mĂĄs viejos, Mon Recio, OrĂades Reyes, Anny Santana, Julito Acosta (Julito Martes Acosta). Y como dejo a Tejeda el policĂa (tremendo cĂĄcher).
Los refuerzos de Jaragua; ZĂĄiter, Yurel, Fredy La biblia; el lanzador MatĂas, SimĂłn Herasme;
y desde la zona cañera, LuĂs y Confesor.
Si me faltan algunos, pues perdĂłn.
Tratamos mi amigo y yo, sobre los grandes encuentros de volibol y bĂĄsquetbol en la Ășnica cancha deportiva, la de Parroquia San BartolomĂ©, aunque muy tĂmidos, pero Ăbamos. Medio engurruñaos y con cierto temor. Aun los presenciĂĄbamos.
AhĂ no disfrutamos tanto como en el đđđđ de La AviaciĂłn.
En el pley cabĂamos todos; ahĂ sĂ. Los CREMADOS y LOS GRANADOS. Y Los Anguirrilos, hijos de Soledad la lavandera y los de Gregorito el pintor, y si no cabĂamos enseñåbamos nuestros medios de defensa.
SĂ, ese đđđđ era pa to el mundo.
âVaya.
âQuĂ© bueno.
AhĂ hablamos de los guapos, tambiĂ©n. SĂ, de los que se estrujaban en el recreo, o a la salida de la escuela, la Ășnica, pa to el mundo. (La Arzobispo Valera). Esa misma que dirigiĂł con fuerte apego, esfuerzo y con toda su alma, la ilustre Ernestina GonzĂĄlez
âDirectora, allĂ tan peliando.
âYa yo sĂ©; no me digan, cuaberos y tanqueros.
Caramba, no me canso.
Mi buen amigo y coterrĂĄneo, conversamos tanto, y de forma tan amena, que terminamos convertidos en sociĂłlogos, psicĂłlogos, analistas polĂticos. SĂ, conversamos de los partidos, del TRANFUGUISMO, de la falta de mĂstica, del poco respeto asĂ mismo, de la pĂ©rdida de lo ideolĂłgico. Del futuro polĂtico de nuestro-PaĂs. Pero algo grande fue lo mĂĄs interesante y ameno de nuestra rica y privilegiada conversaciĂłn; concluir en un aspecto que muchos no estĂĄn apreciando: Que nuestro pueblo es, salud y sosiego para el que quiere.
Tranquilidad, confianza y buenos modos de convivencia para el que quiere.
Estabilidad emocional y vida sana para el que la busca.
Es decir; Neiba, nuestro Neiba, es una sucursal del paraĂso.
Si no, pregĂșntenle a San Bartolo.
đ·đđ đ°đđĂđđ đ«. đŽđđđĂđđđ (đ«đđđđ đȘđđđđĂ), đđđđđ 2024