NUEVA YORK.- La Archidiócesis de Nueva York pagó 67 millones de dólares a 338 víctimas de abusos sexuales en casos en los que hubo clérigos o personal de la Iglesia implicados, anunció este lunes la exjueza Barbara Jones, quien realizó una auditoria externa a pedido de la Iglesia.
Jones ofreció estos datos en una rueda de prensa, conjunta con el arzobispo de Nueva York, en la que presentó las conclusiones de una auditoría que llevó a cabo sobre “las políticas y los procesos” de la archidiócesis neoyorquina respecto a las acusaciones de abusos sexuales que han salpicado a la Iglesia católica en todo Estados Unidos.
Según la exjueza federal y exfiscal, el proceso aplicado por la institución religiosa “está funcionando muy bien”.
Jones, que ha estado un año auditando a la Iglesia Católica de Nueva York, recomendó, sin embargo, un mayor empleo de tecnología y de sistemas y bases de datos informatizados para mejorar el seguimiento de todos los casos, así como la creación de un puesto que se encargue única y exclusivamente de seguir y coordinar las quejas y denuncias.
En agosto, las autoridades de Nueva York abrieron una ventana legal de 12 meses, por la que las víctimas de abusos sexuales pueden demandar a sus violadores sin importar la fecha en la que se produjo el delito.
El establecimiento de este periodo de gracia, facilitado por la Ley de Víctimas Infantiles, que entró en vigor el 14 de agosto, ha forzado a la Iglesia Católica y a otras instituciones, como Yeshivas -escuelas judías- o los Boy Scouts, a prepararse para una avalancha de denuncias.
El mismo 14 de agosto, el despacho de abogados Jeff Anderson & Associates presentó 250 denuncias por abusos sexuales contra la Iglesia de Nueva York.
En este sentido, el arzobispo de Nueva York, Timothy Dolan, aseguró hoy en rueda de prensa que la iglesia todavía no es “consciente” del impacto financiero que estas denuncias pueden tener.
La archidiócesis creó en 2016 el llamado Programa Independiente para la Reconciliación y la Compensación, a través del cual la Iglesia ha recibido de manera interna las denuncias y ha ofrecido compensaciones a las víctimas.
Tanto la antigua jueza como el arzobispo destacaron que este proceso ha evitado a las víctimas el estrés emocional de un juicio civil, aunque Dolan subrayó que tienen todo el derecho de llevar su caso por vía judicial.
Según Jones, este trámite interno “ha demostrado ser un programa altamente efectivo, que provee alivio a las víctimas-supervivientes sin la necesidad de un proceso costoso y del estrés emocional que se puede derivar de dicho proceso”.
El arzobispo ha asegurado sentirse “muy agradecido y aliviado” por las conclusiones de la investigación presentada por Jones después de haber estado con “el aliento contenido” a la espera de los resultados.
Asimismo, ha mostrado su deseo de que pueda “restaurar la confianza” de los creyentes en la Iglesia a pesar de que es consciente de que lo ocurrido ha provocado “enfados y sentimientos negativos no durarán para siempre”.
En sus conclusiones, la antigua juez subrayó que la gran mayoría de los casos de abuso sexual se registraron antes del año 2000, especialmente entre los años 60 y 80 del siglo pasado.
“Desde 2015, solo ha habido 11 casos conocidos de abuso sexual de clérigos a nivel nacional”, asevera un documento de la Archidiócesis que asegura que en Nueva York desde 2011 no ha habido “ningún caso confirmado”, aunque reconoce que hay dos procesos abiertos en los tribunales sobre un supuesto abuso a menores y otro sobre pornografía infantil.