La bailarina y coreógrafa cubana, Alicia Alonso, considerada una leyenda viva de la danza clásica, cumplió ayer 98 años entre homenajes y felicitaciones, incluidas las del presidente de su país, Miguel Díaz-Canel, y el Parlamento de la isla.
Alonso, cuya salud atravesó un momento delicado a finales de este año, se encuentra ahora en buen estado, indicó a Efe una fuente del Ballet Nacional de Cuba (BNC).
La artista recibió a través de Twitter la felicitación de Díaz-Canel, quien resaltó que «en este día Cuba se felicita por ser cuna de una mujer universal, creadora de una escuela, una compañía, una tradición, una obra artística extraordinaria al alcance de todo el pueblo».
Alicia Alonso ha dedicado su vida a la danza, con una sólida formación como bailarina y un estilo propio, y fundó hace 70 años junto a los hermanos Fernando y Alberto Alonso la escuela cubana de ballet y el Ballet Nacional de Cuba (BNC), el primero de su tipo en la isla y que este año fue declarado Patrimonio Nacional.
La Asamblea Nacional del Poder Popular (ANPP, Parlamento unicameral), reunida en su última sesión del año 2018, también felicitó y destacó la trascendencia artística de Alonso, quien todavía dirige el BNC.
En los últimos días varios artistas se han sumado a la celebración, entre ellos el pintor José Miguel Pérez, quien ha recreado la imagen de la célebre bailarina en una exposición de cuadros que conmemora el 75 aniversario del debut de Alonso en el personaje de Giselle, el rol que la lanzó al estrellato.
Aunque nunca ha anunciado su retiro como bailarina, Alicia Alonso calzó las zapatillas por última vez en un escenario para interpretar la pieza «Farfalla» en Italia, el 28 de noviembre de 1995, casi a los 75 años de edad.
Sin embargo, ha permanecido hasta la actualidad al frente del BNC y en la presidencia del Festival de Ballet que cada dos años reúne a figuras internacionales de la danza en La Habana.
Alonso nunca faltó a esa cita hasta la edición de este año, celebrada en octubre pasado, cuando no pudo asistir debido a una indisposición temporal, aunque días después reapareció en un acto en el que canceló un sello postal.