MANILA.- Millones de estudiantes de primaria y secundaria regresaron a las escuelas en Filipinas el lunes, las primeras clases presenciales después de dos años de restricciones debido al coronavirus que se teme hayan empeorado una de las tasas de analfabetismo infantil más alarmantes del mundo.
Al dar la bienvenida a más de 27 millones de alumnos que se inscribieron para el año escolar, las autoridades lidiaban con problemas abrumadores, incluida la escasez de aulas, los temores persistentes por el COVID-19, una tormenta que se aproximaba y sedes escolares dañadas por un terremoto en el norte del país.
Solo más de 24.000 de las escuelas públicas del país, un 46%, podrán ofrecer clases presenciales cinco veces por semana a partir del lunes, mientras que el resto seguirá recurriendo a una combinación de clases presenciales y en línea hasta el 2 de noviembre, cuando todos los estudiantes deberán regresar a las aulas, dijeron funcionarios de educación.
Unas 1.000 escuelas no podrán cambiar a clases presenciales por completo durante el período de transición que finaliza el 2 de noviembre por varias razones, incluidos los daños a los edificios escolares provocados por un fuerte terremoto el mes pasado en el norte, dijeron las autoridades.
El Departamento de Educación dijo que algunas escuelas tendrán que dividir las clases en hasta tres turnos por día debido a la escasez de aulas —un problema añejo— y para evitar el hacinamiento que podría convertir a las escuelas en nuevos epicentros de brotes de coronavirus.
El cierre prolongado de las escuelas generó temores de que las tasas de alfabetización entre los niños filipinos, que ya estaban en niveles alarmantes antes de la pandemia, puedan empeorar.
Un estudio del Banco Mundial del año pasado mostró que 9 de cada 10 niños en Filipinas sufrían de “pobreza de aprendizaje”, es decir, que los niños de 10 años tenían comprensión deficiente al leer historias sencillas.
Las autoridades educativas también se movilizaron para ayudar a más de 28.000 estudiantes a buscar nuevas escuelas después de que al menos 425 colegios privados cerraron permanentemente durante la pandemia en 2020, principalmente debido a pérdidas financieras.
Unos 10.000 de los estudiantes se han matriculado en escuelas públicas, según Michael Poa, vocero del Departamento de Educación.
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