Lava Jato, la operación que desmanteló el consorcio odebrecht

Todo el escándalo de Odebrecht en República Dominicana no es solo una problemática del país, también ha sido algo que ha abarcado los grandes titulares de medios de comunicación de otros 12 países de Latinoamérica.

El destape tuvo lugar en Brasil, país de origen de la empresa constructora Norberto Odebrecht, a través de la operación Lava Jato (lavado de autos en portugués) que la justicia emprendió para descubrir los escándalos de lavados de activos.

Todo comenzó en 2014, en Brasilia. En ese entonces Lava Jato era una operación rutinaria centrada principalmente en comerciantes de dinero del mercado negro que utilizaban pequeños negocios, como estaciones de gasolina, lavanderías y lavaderos de autos para el lavado de activos, procedentes de prácticas ilícitas.

Pero durante la investigación la policía se encontró con algo más grande entre manos cuando descubrieron que estos pequeños “negocios” trabajaban en nombre de Paulo Roberto Costa, un alto ejecutivo de Petrobras, que es una institución público-privada que funciona como petrolera nacional en Brasil.

Enfrentando cargos por lavado de dinero y bajo la presión de los investigadores, Costa confesó que él y otros directores, deliberadamente, sobrefacturaron contratos con varias compañías constructoras (como Odebrecht) a fin de obtener una parte de los beneficios.

Después de desviar esos fondos en los negocios ya mencionados, los ejecutivos de la compañía otorgaban las ganancias restantes para los políticos que los habían nombrado en primer lugar y los partidos políticos que representaban con el principal objetivo de financiar campañas electorales para mantener a estos en el poder.

En los resultados de las investigaciones salió a la luz la existencia de un cártel de compañías que trataban con Petrobras y que por medio de sobornos se adjudicaban cada contrato de obras públicas proveniente de esta entidad, para la creación de refinerías, plataformas petrolíferas y otros proyectos multimillonarios.

Los investigadores del caso descubrieron que Odebrecht sobornaba políticos para asegurarse millonarios contratos sobrefacturados en Petrobras y otras empresas estatales, que le permitía tener el monopolio de los proyectos de construcción más lucrativos del país.

La operación de Odebrecht era la más extensa del cartel de empresas que trataban con la petrolera e iban más allá de las fronteras de Brasil.

Durante más de una década la empresa mantuvo un esquema de corrupción masiva, pagando alrededor de 788 millones de dólares en sobornos a funcionarios gubernamentales a lo largo y ancho del continente latinoamericano.

Según el Departamento de Justicia de los Estados Unidos, sólo en Brasil se pagaron 349 millones de dólares en sobornos, mientras que los pagos en los otros once países ascendieron a 439 millones de dólares.

En el año 2015, la operación se lanzó contra los ejecutivos de la constructora brasileña dando como resultado el apresamiento de 12 altos cargos, entre ellos Marcelo Odebrecht, director de la compañía.

En 2016, Odebrecht admitió el pago de sobornos para la adjudicación de obras del estado en varios países, entre ellos República Dominicana donde repartieron US$92 millones para legisladores y funcionarios activos durante el periodo de construcción.

El caso en el país está en manos del Ministerio Público y ahora mismo se encuentran bajo medidas preventivas unos 14 implicados, a la espera de la presentación de acusación formal.

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